Feb 20, 2024
Alline Powell
Si crees que los problemas y la desilusión en una relación son inevitables, tienes razón. Afortunadamente, no son una señal segura de que tu relación está condenada a terminarse. Tu satisfacción en la relación dependerá de las siguientes cosas a medida que vayan moviéndose a través de las diferentes etapas de la intimidad y la conexión con alguien:
- Cómo piensan sobre los problemas
- Cómo manejan sus emociones o sentimientos
- Dónde centran su atención
- Cómo actúan y se comunican en situaciones de estrés o activación emocional
Si puedes cambiar la creencia de que tu pareja es la fuente de tu infelicidad, si puedes entender que las peleas no son una señal de una relación fallida, si puedes ver tu relación como un viaje a través un camino de desarrollo, entonces estás bien encaminado hacia una perspectiva más positiva.
En las relaciones de larga duración cada miembro va cambiando y evolucionando conforme tiene experiencias y aprendizajes en su vida, y también conforme van teniendo vivencias juntos. En este artículo, te comparto una introducción sobre las etapas y los conflictos normales y naturales que se pueden encontrar a través de este cambio. Al tener una visión más clara del terreno, podrán reorientar sus esfuerzos y su energía hacia una relación más saludable y armoniosa.
Al principio de una relación, dos individuos separados e independientes se unen, dejando de ser “uno” y forman un "nosotros". Este "nosotros" empieza a ejercer una fuerte influencia sobre cada individuo. Esto es lo que llamamos el inicio de la relación y donde inicia el intercambio de energía formando una nueva identidad energética.
A partir de este momento, el equilibrio entre dos individuos y el "nosotros" fluctúa debido a la necesidad de autonomía del individuo y el deseo de intimidad y conexión del "nosotros".
Ya que cada persona es un mundo por sí mismo, completamente diferentes, es posible que no avancen por las etapas al mismo tiempo. Conocer las cinco etapas les ayudará a conocer e identificar los siguientes pasos y los objetivos que pueden crear para que ambos avancen hacia una mayor intimidad, manteniéndose fieles a sí mismos, a sus valores, sentimientos y pensamientos.
Si crees que los problemas y la desilusión en una relación son inevitables, tienes razón. Afortunadamente, no son una señal segura de que tu relación está condenada a terminarse. Tu satisfacción en la relación dependerá de las siguientes cosas a medida que vayan moviéndose a través de las diferentes etapas de la intimidad y la conexión con alguien:
- Cómo piensan sobre los problemas
- Cómo manejan sus emociones o sentimientos
- Dónde centran su atención
- Cómo actúan y se comunican en situaciones de estrés o activación emocional
Si puedes cambiar la creencia de que tu pareja es la fuente de tu infelicidad, si puedes entender que las peleas no son una señal de una relación fallida, si puedes ver tu relación como un viaje a través un camino de desarrollo, entonces estás bien encaminado hacia una perspectiva más positiva.
En las relaciones de larga duración cada miembro va cambiando y evolucionando conforme tiene experiencias y aprendizajes en su vida, y también conforme van teniendo vivencias juntos. En este artículo, te comparto una introducción sobre las etapas y los conflictos normales y naturales que se pueden encontrar a través de este cambio. Al tener una visión más clara del terreno, podrán reorientar sus esfuerzos y su energía hacia una relación más saludable y armoniosa.
Al principio de una relación, dos individuos separados e independientes se unen, dejando de ser “uno” y forman un "nosotros". Este "nosotros" empieza a ejercer una fuerte influencia sobre cada individuo. Esto es lo que llamamos el inicio de la relación y donde inicia el intercambio de energía formando una nueva identidad energética.
A partir de este momento, el equilibrio entre dos individuos y el "nosotros" fluctúa debido a la necesidad de autonomía del individuo y el deseo de intimidad y conexión del "nosotros".
Ya que cada persona es un mundo por sí mismo, completamente diferentes, es posible que no avancen por las etapas al mismo tiempo. Conocer las cinco etapas les ayudará a conocer e identificar los siguientes pasos y los objetivos que pueden crear para que ambos avancen hacia una mayor intimidad, manteniéndose fieles a sí mismos, a sus valores, sentimientos y pensamientos.
Eventualmente, cada persona en la pareja resurge como individuo y las diferencias comienzan a aparecer. Las partes de cada persona que han estado apagadas comienzan a salir a la superficie. Pueden comenzar a sentir desilusión y decepción conforme se observan las imperfecciones uno en el otro. Pueden también comenzar a tener choques cuando las diferencias se encuentren y no puedan ponerse de acuerdo tan fácilmente como en la primera etapa.
El deseo de pasar más tiempo a solas o con otras personas, así como la continua expresión de diferentes valores, deseos y comportamientos pueden ser bastante perturbadores. Puede llegar a ser un tiempo verdaderamente difícil y estresante. Algunas parejas se enfrentan al reto a través de desarrollar maneras efectivas de manejar sus diferencias a través de técnicas de manejo de conflictos saludables y negociación.
Sin embargo, es más común que parejas en conflicto busquen resolver esta crisis a través de tres soluciones inefectivas diseñadas para regresar a la comodidad de la simbiosis:
Esconder o negar las diferencias para evitar el conflicto, muchas veces quedándose callado o cediendo ante la otra persona, o
Huir de la confrontación evitando comunicación negativa, dejándola solo en una superficial del día a día, o
Meterse en peleas de mucho enojo que se hacen cada vez más grandes, buscando convencer (o forzar) a su pareja a que esté de acuerdo para encontrar la unidad nuevamente.
Ambas resultan en situaciones repetitivas, sofocantes, frustrantes e improductivas. Irónicamente, es justamente estas mismas fuentes de tensión tienen el mayor potencial de crecimiento personal y la evolución de la relación.
Si crees que los problemas y la desilusión en una relación son inevitables, tienes razón. Afortunadamente, no son una señal segura de que tu relación está condenada a terminarse. Tu satisfacción en la relación dependerá de las siguientes cosas a medida que vayan moviéndose a través de las diferentes etapas de la intimidad y la conexión con alguien:
- Cómo piensan sobre los problemas
- Cómo manejan sus emociones o sentimientos
- Dónde centran su atención
- Cómo actúan y se comunican en situaciones de estrés o activación emocional
Si puedes cambiar la creencia de que tu pareja es la fuente de tu infelicidad, si puedes entender que las peleas no son una señal de una relación fallida, si puedes ver tu relación como un viaje a través un camino de desarrollo, entonces estás bien encaminado hacia una perspectiva más positiva.
En las relaciones de larga duración cada miembro va cambiando y evolucionando conforme tiene experiencias y aprendizajes en su vida, y también conforme van teniendo vivencias juntos. En este artículo, te comparto una introducción sobre las etapas y los conflictos normales y naturales que se pueden encontrar a través de este cambio. Al tener una visión más clara del terreno, podrán reorientar sus esfuerzos y su energía hacia una relación más saludable y armoniosa.
Al principio de una relación, dos individuos separados e independientes se unen, dejando de ser “uno” y forman un "nosotros". Este "nosotros" empieza a ejercer una fuerte influencia sobre cada individuo. Esto es lo que llamamos el inicio de la relación y donde inicia el intercambio de energía formando una nueva identidad energética.
A partir de este momento, el equilibrio entre dos individuos y el "nosotros" fluctúa debido a la necesidad de autonomía del individuo y el deseo de intimidad y conexión del "nosotros".
Ya que cada persona es un mundo por sí mismo, completamente diferentes, es posible que no avancen por las etapas al mismo tiempo. Conocer las cinco etapas les ayudará a conocer e identificar los siguientes pasos y los objetivos que pueden crear para que ambos avancen hacia una mayor intimidad, manteniéndose fieles a sí mismos, a sus valores, sentimientos y pensamientos.
En esta etapa ambos han fortalecido su identidad y han aprendido a mantener su propio punto de vista sin hostilidad. Piensan de manera más productiva acerca de sus diferencias y desacuerdos en vez de tener reacciones negativas automáticas. Son capaces de comunicar estas diferencias de manera tranquila y madura, buscando una resolución o acuerdo en común. Un nuevo nivel de intimidad más profundo y sostenible está ocurriendo. Usualmente está acompañado de una relación con una sexualidad llena de vida. A pesar de que puede haber momentos de movimientos de vaivén, pero esta vez hay una diferente cualidad al “nosotros” que se ha creado – que incluye un respeto a la existencia de dos seres individuales relacionándose.
Se sienten mucho más apoyados que frustrados en la relación. Llegan a escuchar menos declaraciones como “yo necesito” de su pareja y escuchan muchos más “me gustaría” o “¿sería posible?”. Cuando dices “no” a tu pareja va a ser escuchado más como una expresión válida de tuya en vez de un ataque de rechazo. Las pláticas o discusiones difíciles ya no son de alto riesgo porque ambos buscan ser más tolerantes y respetan más sus diferencias. Comienza el verdadero trabajo en equipo.
Esta es la etapa donde comienzas a conocer que, en realidad, no existe tal cosa como una relación. Lo que llamamos “relación” es solamente el acto continuo de relacionarte con tu pareja, del intercambio de energía que llevan entre ambos. Siempre estás relacionándote, no teniendo una relación. Por esto, “trabajar en la relación” es un trabajo tanto individual como uno con el otro.
La intimidad se profundiza conforme crecen en su habilidad de manejar sus reacciones negativas cuando sus diferencias deben de ser enfrentadas y manejadas. Son capaces de, y están comprometidos a relacionarse en formas que son verdaderas y fieles a sus valores, principios y creencias más profundas. Activamente apoyan el derecho uno del otro de hacer lo mismo, aún si llega a ser inconveniente, siempre buscando el punto de acuerdo y cooperación. El flujo entre el individuo y el “nosotros” se vuelve más fácil, casi automático.
El intercambio energético que tienen juntos brinda más fuerza y poder a la vida de ambos que estando separados. Cada uno se beneficia de la sinergia y el “nosotros” tiene una energía propia. La pareja desea crear cosas y dejar algo de trascendencia para el mundo – haciendo de la pareja un equipo poderoso y productivo. La intimidad profunda, vulnerabilidad y apoyo emocional son abundantes en la relación.
Las parejas que se mantienen firmes en sus creencias, pensamientos y convicciones y se aferran a quienes siempre han sido, o a como era la relación al inicio, son las que están más propensas a tomar direcciones opuestas cuando se les confronta con el imperativo cambio. Por el otro lado, el que una de las personas rinda sus propias necesidades para complacer las demandas y expectativas del otro, o para evitar el conflicto, tampoco funciona.
Una relación saludable nunca tiene como solución que exijamos a nuestra pareja que cambie mientras nosotros nos mantenemos iguales. Para adaptarnos mejor, debemos cuestionarnos qué es lo que estamos contribuyendo a la dinámica actual y después hacernos las preguntas que nos van a ayudar a volvernos más adaptables. Esto incluye hacer del trabajo interno, el desarrollo personal, un estilo de vida para cada miembro de la relación, ya que el cambio es virtualmente imposible si no es hecho desde el amor y la compasión por uno mismo.
Moverse a través de estas etapas no es algo lineal ni suave. Va a haber emociones y sentimientos negativos, ganas de darse por vencido, estrés y angustia, hasta ganas de salir corriendo. Es importante saber que todas estas experiencias son normales cuando estás enfrentando las etapas de cambio y crecimiento. ¿Consideras que tu amor por tu pareja es lo suficientemente fuerte para poder atravesar este reto juntos?
La adaptación en las etapas de la relación se trata de responder a las circunstancias de vida que constantemente están en cambio con buena comunicación y mucha flexibilidad. Es similar a cuando te estiras más allá de tu resistencia, duele, pero te vas volviendo más flexible.
Piensa acerca de todos los cambios a través de tu vida, ¿cómo has crecido alrededor del cambio? ¿Cómo has hecho que tus cambios sean permanentes? ¿cuándo has tenido que cambiar porque no tenías otra opción? ¿Cuándo ha sido el cambio algo hecho por decisión propia y cuándo forzado por la necesidad imperante del momento?
Fluir entre las etapas de la relación significa crecer juntos a través del cambio, manteniendo nuestras raíces firmes mientras le damos espacio a las flores de bailar. Ser adaptable es estar constantemente involucrado con lo desconocido, con el misterio, pero también con la posibilidad y la visión. Aprender a fluir a través de este baile trae seguridad y confianza a la relación. La tarea es aprender a ser abierto y auténtico uno con el otro acerca de lo que sienten, piensan y desean, y ser capaz de mantenerse quietos mientras la pareja hace lo mismo para después aprender a manejar sus diferencias de manera exitosa. Para hacer esto con más facilidad es esencial ser honesto y auténtico con uno mismo, lo cual es el enfoque principal del crecimiento interior.
Como ejercicio, les invito a sentarse juntos con esta página en mano e ir a través de las siguientes preguntas, compartiendo sus ideas y escribiendo las ideas, los acuerdos y las cosas que deben trabajar que vayan surgiendo al hacerlas.
¿Ha funcionado el sistema y los acuerdos que tenemos hasta ahora? ¿Necesitamos hacerle algún cambio?
¿Qué nos puede ayudar a sobrevivir y prosperar durante esta transición?
¿Qué queremos llevarnos de nuestra relación anterior a la siguiente etapa?
¿Qué queremos dejar atrás?
¿Hay algo en nuestra relación que deseas que cambie en el futuro?
¿Qué queremos probar que no hayamos probado antes?
¿Qué significa avanzar conscientemente hacia una nueva etapa de relación juntos?
¿Qué conversaciones debemos tener? -Hagan una lista de los temas y agenden un tiempo para irlas teniendo, empezando por las que sean menos emocionalmente cargadas. Deben de buscar un tiempo a solas, sin distracciones ni presión, sin otras preocupaciones, para tener estas conversaciones. Las más delicadas pueden buscar hacerlas en una sesión de terapia con un guía para apoyarlos.
¿Qué cosas traemos cargando del pasado y necesitamos trabajar para soltar?
¿Cómo te he fallado y qué puedo hacer mejor?
¿Qué necesitas perdonarme?
Cuándo tenemos conflictos, ¿sientes que te escucho y que te comprendo?
¿Qué afirmaciones necesitamos darnos? ¿con qué frecuencia?
¿Qué cosa hago o no hago que te causa problemas al convivir conmigo?
¿Alguna vez has sentido que te has tenido que hacerte chico o encogerte para estar en la relación conmigo?
¿Qué otra cosa necesitas de mí? ¿Cómo puedo amarte mejor?
¿Cómo distribuimos nuestros recursos para afrontar este momento?
¿Qué hacemos cuando nos cuesta adaptarnos?
¿Qué te hace sentir amado y apreciado?
¿Cómo puedo recibir mejor lo que me tienes que decir?
¿Cómo puedo decirte mejor lo que tengo que decir?
¿En qué necesitas ayuda y cómo puedo ayudarte?
¿Qué es lo que más admiras de mí?
¿Cómo nos recordamos mutuamente que estamos juntos en esto?
¿Cómo nos recordamos mutuamente nuestro amor?